domingo, 27 de marzo de 2011

¿Existe una única inteligencia general o varios tipos de inteligencia diferentes?

Es uno de los grandes enigmas de la psicología y el origen de un controvertido debate sin solución concluyente hasta la fecha. ¿Dónde reside la inteligencia?, ¿cuántos tipos existen?, ¿cómo se debe medir?, ¿qué determina nuestro coeficiente intelectual? Preguntas que continúan sin respuesta pero que están más cerca de hallar una solución gracias a un trabajo, con colaboración española (Roberto Colom), publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences' que sugiere que la inteligencia general está basada en la comunicación eficaz entre una serie regiones específicas de ambos hemisferios cerebrales.

Desde hace tiempo existen dos teorías principales acerca de la naturaleza de la inteligencia. Una defiende la existencia de una inteligencia general o 'factor g', que está apoyada en el hecho de que una persona suele tener resultados parecidos en las distintas habilidades aceptadas como parte de este intelecto (memoria, visión espacial, aritmética, etc.). Y otra ampliamente popularizada por especialistas como Howard Gardner o Daniel Goleman que creen en la existencia de varias inteligencias (aunque sin consenso acerca de cuántas). Argumentan que esta visión sólo mide una parte de lo que comúnmente se entiende por inteligencia sin que en ningún caso puedan medir la creatividad, ni los haberes prácticos esenciales para resolver los problemas cotidianos. En este mismo blog por si a alguien le resulta de interés he dedicado un post tanto a la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner como al concepto de inteligencia emocional, ampliamente difundido por Goleman.

Al hilo de la teoría de la existencia de varias inteligencias diferentes hay un extracto tomado de la autobiografía de Isaac Asimov (uno de los escritores de ciencia ficción más importantes que ha dado la literatura) que además de inducir a la reflexión ilustra a la perfección la idea. Es el siguiente...


"Cuando estaba en el ejército realice una de esas pruebas de aptitud intelectual, esas que todos los soldados realizan. Mi puntuación fue de 160, es decir, 60 puntos por encima del normal. Nunca antes alguien había obtenido un resultado así, y por esta razón durante dos horas hicieron un gran alboroto festejando mi logro.


Toda mi vida he registrado puntuaciones similares, así que tengo la sensación interna de que soy muy inteligente. Sin embargo estos índices lo único que significan en realidad, es que soy muy bueno en contestar el tipo de preguntas académicas que se consideran dignas, y que fueron realizadas por las personas que "inventan" las pruebas de inteligencia (¿personas con inclinaciones intelectuales similares a las mías?)



Una vez conocí a un mecánico de automóviles que de acuerdo a mi estimación no podría superar los 80 puntos en esas pruebas de inteligencia. Siempre di por sentado que era mucho más inteligente que él. Sin embargo, cuando algo funcionaba mal, lo miraba con ansiedad mientras exploraba las entrañas de mi automóvil y escuchaba sus declaraciones como si fueran oráculos divinos.



Pues bien, supongamos que mi mecánico de automóviles hubiese diseñado las preguntas para una prueba de inteligencia. O supongamos que un carpintero las formule, o un agricultor, o, de hecho, cualquiera que no fuese un académico. Seguramente no podría superarlas. Si en este mundo yo no pudiese utilizar mi formación académica, mi talento verbal, y tuviese que realizar tareas complicadas con mis manos, seguramente lo haría mal. Mi inteligencia, entonces, no es absoluta, sino que es una función de la sociedad en que vivimos y el hecho de que una pequeña porción de la sociedad ha logrado imponer a los demás, cuales son las "normas" como un árbitro de esos asuntos"


Pero... ¿la ciencia avala a Asimov, Gardner, Goleman o a Sternberg?. En primer lugar es importante evitar confundir conceptos básicos, por una parte está la "inteligencia pura" (factor G) y por otra las "aplicaciones" o subdivisiones de este factor. El factor G sería la inteligencia pura, sin intermediar cuestiones culturales. Es el potencial con que cuenta una persona y se mide con test libres de cargas culturales; por tanto, debería dar igual que la persona sea doctor o analfabeto.


Las divisiones de este factor (inteligencia verbal, manipulativa, etc.) se miden con test que ya no están libres de esta influencia cultural. Es imposible medir inteligencia verbal si la persona no habla nuestro idioma, por ejemplo (la educación formal aumenta la potencialidad con la que nacemos en esta área). De esta forma si el mecánico que menciona Asimov nunca hubiera trabajado en un taller ni visto un coche, tampoco tendría la misma puntuación en inteligencia analítica y manipulativa como tiene después de la experiencia práctica. Los test actuales cuentan con medidas puras del factor G y medidas específicas para cada subinteligencia.


La inteligencia es solo una

Aunque ya se había encontrado una relación entre el grosor de la corteza cerebral y la medida de la inteligencia general ahora un nuevo estudio como destacábamos en el inicio del post, efectuado en niños y adolescentes y realizado por Roberto Colom, catedrático de Psicología en la Universidad Autónoma de Madrid, junto con otros investigadores de Canadá, Reino Unido y Estados Unidos, se ha centrado en ver si este parámetro se relaciona también con el rendimiento cerebral en aspectos específicos. La respuesta es que no parece que exista una colección de capacidades separadas, sino que una poderosa capacidad general (factor g) que condiciona el rendimiento en las variadas situaciones que requieren el uso de la inteligencia.

Autores como Gardner, recuerda Colom, han mantenido que no existe nada parecido a una capacidad intelectual general sino que, por el contrario, algunas personas destacan en el manejo del lenguaje, mientras que otras destacan con los números o en actividades que requieren procesamiento viso-espacial. Alguien podría ser perfectamente torpe con el lenguaje y excepcional con los números, según ellos.


El estudio analizó cómo las diferencias de grosor cortical de más de 200 participantes (niños entre 6 y 18 años) se relacionaban con su rendimiento intelectual en una variada serie de pruebas de naturaleza verbal, viso-espacial y numérica. Se obtuvo una puntuación para cada una de esas clases de tareas, pero también un índice de capacidad general (g) para cada participante. La conclusión, sorprendente, fue que cuando se consideran las puntuaciones verbales, viso-espaciales o numéricas anulando la influencia de g las relaciones con el grosor cortical desaparecen.

"Lo que queda cuando se descuenta la capacidad general (g) es ruido sin valor para el cerebro" concluye Colom. "Si alguien es muy bueno con el lenguaje es mucho más probable que improbable que también lo sea con los números y en el procesamiento viso-espacial", añade. "El hecho de que se usen pruebas verbales, numéricas o viso-espaciales no es realmente importante para comprender las relaciones de nuestra inteligencia con la biología, sino el hecho de que capturen esa capacidad general o g con mayor o menor intensidad".

Por otro lado la inteligencia emocional no está demostrada como tal, nadie ha podido demostrar que exista. De hecho se sabe que las personas con retraso mental se relacionan peor que las personas con inteligencia elevada. La inteligencia emocional no es un tipo de inteligencia diferente, es la forma en que las diferentes
subinteligencias se adaptan al contexto social.

Sus resultados, dados a conocer en la revista Proceedings of the National Academy of Science (PNAS), revelan que, en vez de residir en una única estructura, la inteligencia general está ubicada una red de regiones en ambos lados del cerebro, concretamente en el lóbulo frontal inferior y el parietal superior del hemisferio izquierdo, con contribuciones del derecho. Y que cuanto más densas son las conexiones entre estas áreas, mayor es la inteligencia.

La eficiencia energética, la misma que hace que podamos iluminar toda nuestra casa gastando el mínimo posible en electricidad, parece ser el factor que explica por qué algunos tienen mayor capacidad intelectual que otros. Cuando realizamos tareas intelectuales complejas, el cerebro gasta más recursos en hacer las conexiones necesarias, lo que limita su capacidad para cubrir otras demandas. Pero hay algunas personas, las más inteligentes, que son capaces de enfocarse en un pensamiento complejo de manera eficiente, ahorrando recursos que se reinvierten en más conexiones neuronales, lo que se traduce en análisis más elevados y la generación de nuevas ideas. La genética y el entrenamiento son las responsables de esta habilidad. Cerca de un 60% de la eficiencia neuronal está dada por los genes, que juegan un papel fundamental, sobre todo en la región prefrontal del cerebro, encargada de la planificación, el pensamiento estratégico, la toma de decisiones y la memoria, todos aspectos vinculados a la inteligencia. La inteligencia no depende de un factor ni de áreas específicas en el cerebro, sino de la capacidad de generar conexiones neuronales eficientes y rápidas, y una red neuronal eficiente es aquella en "la que existe un circuito más automático, que funciona así gracias a más repeticiones".


Definición de inteligencia

La inteligencia humana es una capacidad mental muy general que permite razonar, planificar, resolver problemas, pensar de modo abstracto, comprender ideas complejas, aprender con rapidez y usar la experiencia. En contra de lo que ocasionalmente se supone, la inteligencia humana no es un simple conocimiento enciclopédico, una habilidad académica particular o una pericia para resolver “tests de inteligencia”, sino que refleja una capacidad amplia y profunda para comprender el ambiente, es decir, para darse cuenta, dar sentido a las cosas o imaginar qué se debe hacer.

La inteligencia humana se puede medir, y los tests de inteligencia son el modo de evaluación más preciso de hacerlo. Esto se demuestra mediante los indicadores estadísticos de fiabilidad y validez. Así, por ejemplo, el coeficiente de fiabilidad de las medidas médicas de presión sanguínea o de valores de colesterol se sitúan alrededor del 50%, mientras que supera el 90% en las medidas psicológicas de inteligencia.


Es importante destacar, no obstante, que los tests de inteligencia no miden factores como la creatividad, el carácter o la personalidad, aunque es imperativo tener presente que no es ése su objetivo. Existen diversos tipos de tests de inteligencia. Algunos incluyen palabras o números y requieren un conocimiento cultural específico, como por ejemplo el vocabulario. Otros, sin embargo, no apelan a ese conocimiento, basándose en el uso de formas o diseños, en conceptos universales simples como mucho/poco, abierto/cerrado o arriba/abajo. Sin embargo, todos estos tests miden una misma inteligencia, una misma capacidad mental muy general.

La capacidad general valorada por un extraordinariamente amplio abanico de tests se designa mediante la letra g. Cualquier test mide g, aunque distintos tests pueden también valorar una extensa serie de capacidades cognitivas tales como la capacidad verbal, la capacidad numérica o la capacidad espacial.

El factor g es 10 veces más relevante que capacidades concretas como la comprensión verbal y 20 veces más relevante que capacidades como el razonamiento perceptivo, la memoria de trabajo o la velocidad mental. El hecho de que g sea el componente esencial de la inteligencia humana significa que, en la población, los individuos que presentan un alto rendimiento en una determinada situación o problema intelectualmente exigente tienden a mostrar también un alto rendimiento en todas las demás situaciones. Asimismo, quienes presentan un bajo rendimiento en una determinada situación intelectualmente exigente tienden a mostrar también un bajo rendimiento en todas las demás situaciones. Aunque existen algunas excepciones, ésta es la tendencia general: la persona más inteligente es propensa a serlo en la mayor parte de las situaciones y la persona menos inteligente, también.


El coeficiente de inteligencia (CI), pese a contar con sus detractores, suele ser el indicador numérico que permite cuantificar, con relativa rapidez, la capacidad general o g. La distribución de las personas según el CI, desde el nivel bajo al alto, se puede representar adecuadamente mediante la curva de Gauss o distribución normal. La mayoría de las personas se sitúan alrededor del punto medio (CI = 100). Pocos son muy brillantes o muy torpes: aproximadamente un 3% de la población presenta puntuaciones superiores a 130 (considerado habitualmente como el límite de la superdotación) y el mismo porcentaje tiene puntuaciones por debajo de 70 (considerado habitualmente el umbral del retraso mental).

El CI se relaciona intensamente con varios resultados sociales, económicos, ocupacionales y educativos. De hecho, se posee una amplia evidencia sobre la relación del CI con más de sesenta fenómenos relevantes en términos sociales. Algunos de estos son el rendimiento académico, el rendimiento en cursos de formación ocupacional, el rendimiento laboral, el nivel de salud física, la genialidad, la longevidad, los ingresos, el nivel de ahorro, la paciencia, el sentido del humor, la vulnerabilidad a los accidentes, el alcoholismo, la delincuencia, la impulsividad, la mortalidad infantil, el liderazgo, la elección de pareja, la miopía, la respuesta a la psicoterapia, las preferencia en la dieta, las habilidades motrices, la histeria o el hábito de fumar. No existe ningún otro rasgo humano que se aproxime siquiera a esta cifra. Actualmente está fuera de duda el hecho de que las medidas de CI poseen una gran importancia práctica y social.




También sabemos que los niños más inteligentes tardan más tiempo en desarrollar demencias al llegar a la   vejez. Si bien no se sabe con seguridad el motivo una hipótesis bastante factible es que los individuos más inteligentes desarrollan actividades cognitivas durante su vida que ayudan a conservar la integridad cortical en la vejez.



Un alto CI supone una ventaja en la vida, dado que prácticamente todas las actividades requieren algún tipo de razonamiento y de toma de decisiones. Y, a la inversa, un bajo CI supone una desventaja, especialmente en ambientes desorganizados. Por supuesto, un alto CI no garantiza el éxito en la vida, y tampoco un bajo CI garantiza el fracaso en las situaciones vitales.

Las ventajas prácticas de tener un CI alto aumentan a medida que las situaciones se hacen más complejas (novedosas, ambiguas, cambiantes, impredecibles o con muchas alternativas de actuación). Por ejemplo, un alto CI es generalmente necesario para mostrar un buen rendimiento en ocupaciones complejas (profesiones cualificadas, gestión), supone una ventaja considerable en ocupaciones moderadamente complejas (aviones, policía y administración), pero representa una ventaja algo menor en las situaciones que sólo exigen tomar decisiones simples y resolver problemas sencillos (trabajos de baja cualificación).

Según estudios de la especialista Linda Gottfredson es posible estimar el CI promedio de la población en función de su cualificación académica
  • Sin estudios: 80
  • Escuela primaria: 90
  • Escuela secundaria: 100
  • Bachillerato: 113
  • Título universitario: 119
  • Doctorado: 129

Las diferencias en inteligencia no son, por supuesto, el único factor que influye en el rendimiento educativo, el entrenamiento o las ocupaciones complejas, pero sí suelen ser el factor más importante. Cuando ya se ha seleccionado a los individuos, entre personas de alto o de bajo CI, de modo que apenas difieren en éste, como por ejemplo en la universidad, otras influencias cobran importancia. Algunos rasgos de personalidad, talentos, aptitudes, capacidades físicas o el nivel de experiencia, son relevantes para lograr un rendimiento óptimo en determinadas ocupaciones, pero tienen una aplicabilidad más reducida (o desconocida) a distintas tareas y situaciones comparativamente con la inteligencia.



Curiosamente un grupo de investigadores ha constatado recientemente que ni el mercado ni la política son los únicos factores que determinan la riqueza de un país. Otro factor más tendría una gran importancia en este aspecto: la inteligencia de la población. Los científicos tras analizar las puntuaciones en tests de inteligencia de habitantes de 90 países distintos, y constataron que la inteligencia de la población, particularmente del 5% de los más inteligentes de cada país, supone una gran contribución a la fortaleza de las economías nacionales. Así, por cada punto incrementado en la media del cociente intelectual (CI) de los habitantes de un país, el PIB per capita era 229 dólares (164 euros) más alta. Se comprobó asimismo que esta diferencia es aún mayor si el 5% más inteligente de la población es aún más inteligente: por cada punto CI adicional en ese 5% de personas, el PIB per capita del país aumentaba hasta los 468 dólares (335 euros).


Influencia de los factores genéticos en la inteligencia

Los individuos difieren en inteligencia debido a factores tanto ambientales como hereditarios. Las estimaciones de la influencia de la herencia van desde 0,4 a 0,8 (en una escala de 0 a 1). Esto implica que, en términos relativos, la genética desempeña un papel más importante que el ambiente en la producción de las diferencias individuales de inteligencia. Desde esta perspectiva, suele comprenderse mal el hecho de que, si todos los ambientes fuesen iguales para todo el mundo, la influencia de la herencia sería del 100%, dado que todas las diferencias de CI que se observasen tendrían necesariamente un origen genético.

Es importante destacar, además, que el hecho de que el CI sea altamente heredable, no significa que el ambiente carezca de relevancia. Nadie duda de que los individuos no nacen con niveles intelectuales fijos e inmodificables. Sin embargo, el CI se estabiliza gradualmente durante la infancia, y generalmente cambia poco desde ese momento de la vida. También hay que resaltar que recientes estudios han comprobado una serie de tendencias en relación a variabilidad de diferentes capacidades relacionadas con la inteligencia según vamos envejeciendo, determinadas capacidades alcanzan su tope en torno a los 25-30 años mientras otras siguen evolucionando hasta los 50 años.
A diferencia de lo que se cree, a medida que los chicos crecen, la influencia de los genes se hace más notoria en su capacidad para resolver problemas, razonar y aprender nuevas cosas. El psiquiatra Robert Plomin, del King´s College London, estudió 11.000 pares de mellizos (la mitad de ellos idénticos genéticamente, es decir, gemelos). Así llegó a la conclusión de que, en la infancia, las variaciones de la inteligencia están dadas por los genes en un 44 por ciento. Cuando llegan a la adultez, la genética es responsable del 70% de la inteligencia general que muestran las personas. Según Plomin, los chicos que tienen una inteligencia alta utilizan el ambiente que los rodea para aumentar sus capacidades cognitivas innatas.También se debe a que las familias dan forma a los ambientes de los niños pequeños, mientras que los niños mayores y los adultos seleccionan ambientes que se adaptan a sus preferencias innatas, lo que refuerza la naturaleza.

Según Matt Ridley en un mundo en que algunos se mueren de hambre y otros son los reyes, las diferencias en inteligencia serían principalmente motivadas por el medio ambiente, por el entorno. En cambio en un mundo donde todos tienen las mismas facilidades la principal diferencia la aportaría la genética. A mayor igualdad de oportunidades más probabilidad hay de que las personas que llegan a la parte superior sean los que son genéticamente talentosos. Lo que implicaría que cuanto mejor sea la economía, la educación, y el bienestar, el coeficiente intelectual será más heredable será. Y esto trae una última paradoja: un mundo con movilidad social perfecto mostraría un CI altísimamente ligado a la heredabilidad (ya que los condicionantes externos tendrían muy poco peso al haberse igualado).

Igualmente el entorno del individuo es crucial para el desarrollo de la inteligencia; situaciones muy opresivas pueden limitarla al generar inestabilidad emocional. El medio sociocultural es muy importante en el desarrollo intelectual de un individuo. Un sujeto que crezca en un ambiente con adecuados estímulos cognitivos puede desarrollar mayores aptitudes intelectuales frente a un sujeto que se críe en un ambiente con pobreza de estímulos. Un individuo puede desarrollar mejor su inteligencia si es motivado por su familia o personas de su entorno a mejorar su percepción cognitiva.

domingo, 13 de marzo de 2011

Habilidades esenciales que no aprendemos en el colegio



"Lo que quiero es ver que el niño persigue el conocimiento, y no que el conocimiento persigue al niño" [George Bernard Shaw]

En pleno siglo XXI saber leer una novela y obtener la pendiente de la tangente ya no es suficiente. Nuestro modelo educativo no se ha modificado demasiado durante los últimos 100 años. Básicamente el mismo esquema de escuela que existía a principios del siglo pasado, sigue vigente hoy en día. Se valora demasiado la memoria, de hecho la mayoría de las buenas calificaciones se obtienen tras memorizar datos, sin importar si luego sabemos relacionarlos entre sí. El colegio, en un mundo donde el conocimiento está a un click de nuestros dedos, no debería ser tanto un lugar donde transmitir datos como un lugar donde nos enseñen a fomentar la capacidad de jerarquizar conocimientos, relacionarlos entre sí y descartar fácilmente los que carecen de sostén.


¿Qué importancia puede tener hoy en día saber la fórmula de las ecuaciones de segundo grado? Esa fórmula la van a tener en menos de medio segundo a su alcance. Sin embargo, puede ser mucho más interesante que trabajen sobre la historia de esa ecuación, que sepan dónde buscar, qué fuentes son las fiables, cómo separar el grano de la paja, cómo abordar una investigación y finalmente, cómo redactarla, transmitirla y presentarla. Debería ser un lugar en el que además de transmitir conocimientos nos proporcionase las herramientas necesarias para pensar mejor y ser capaces de afilar y desarrollar nuestro espíritu crítico. Nuestra forma natural de aprender es la comprensión. ¿Por qué entonces el alumnado se dedica a repetir o reproducir contenido?. Debemos de ejercitar la memoria para acordarnos de aquello que comprendimos, no para repetir literalmente lo que no comprendimos.

Hoy en día hasta el mejor de los profesores o centros se tiene que enfrentar a todo un mundo de opciones que hay en internet. Antes se iba a la escuela y se aprendía del maestro la materia correspondiente, era el que más sabía sobre algo de un tema. Aunque no fuera así, no había forma de demostrarlo. Hoy en día eso es imposible. Es muy fácil que alguno de los alumnos busque información sobre lo que ha dicho y la cuestione con razón. Actualmente es necesario saber moverse a través de la ingente cantidad de información que nos proporcionan los medios digitales, discriminar información relevante, detectar estadísticas erróneas, saber interpretar gráficos, extrapolar, conocer que una predicción tiene un grado de incertidumbre... El colegio debe transformarse en el lugar donde se va a aprender a investigar y a crear. Si estamos de acuerdo en que la investigación y el desarrollo serán el futuro, no podemos seguir formando generaciones de jóvenes pasivos, cuya definición de una buena clase y profesor sea la de aquel que nos hacía tomar los mejores apuntes. Al colegio no se va a copiar, se debería ir a crear, a pensar, deberían implantarse planes y métodos de enseñanza novedosos. No les podemos pedir a toda una generación de niños que se van a criar con Facebook, Youtube, PDAs, eBooks, o la Wikipedia, que vayan a una clase del siglo XIX a tomar apuntes. ¿De qué sirve exigir en el examen académico la fecha exacta de nacimiento y muerte de determinado autor? ¿Ese dato es tan importante como para considerarlo eje central del proceso educativo?



En la era de la información, los jóvenes no tienen ningún problema para “encontrar” información, pero sí lo tienen para “interpretarla”. El hecho de que tendemos a creer primero y a hacer preguntas después es muy peligroso en la era de Internet, en la que cualquiera, incluso gente sin la debida preparación, puede publicar cualquier cosa. Sin embargo, ciertos estudios revelan que los adolescentes con frecuencia aceptan como verdadero todo lo que leen en Internet. La inmensa mayoría de la gente, aunque haya pasado por la escuela o incluso la universidad, carecen de cosas básicas. No de conocimientos, sino de actitudes como ser curiosos y tener sentido crítico. No vale cambiar la fe en la Biblia por la fe en Darwin. Quien lo hace sigue teniendo carencias, porque ha cambiado una fe por otra. Se trata de tener herramientas para ser crítico con las propias creencias. La educación en la enseñanza reglada es insuficiente. No atiende a lo esencial: es imprescindible que la persona formule hipótesis, mida, experimente, tenga inquietudes... La enseñanza se limita a una repetición de datos, hechos, nombres, cifras... Pocos profesores enseñan a razonar o a pensar críticamente, y muy pocas veces se estimula la creatividad, la curiosidad y las inquietudes del alumno.



Se impone una revolución en los conocimientos generales que se imparten en los centros educativos. Es importante que sepamos resolver ecuaciones de segundo grado, que memoricemos los elementos de la tabla periódica o que sepamos recitar la declinación de un verbo en latín antiguo. Pero tan o más importante es que aprendamos a aprender, desarrollar y mantener viva una actitud crítica y creativa, que sepamos qué derechos tenemos como ciudadanos o cómo aplicar las matemáticas a nuestros problemas cotidianos... Veamos algunos de estos puntos con más detalle:

PENSAMIENTO CRÍTICO

Sin ninguna duda el punto de mayor importancia, el pensamiento crítico es una actitud intelectual que analiza la consistencia de los razonamientos, opiniones o afirmaciones. La inteligencia y el conocimiento que se posean no implican forzosamente que se pueda tener un razonamiento o pensamiento crítico. Hasta el mayor de los genios puede tener las más irracionales creencias o las más disparatadas opiniones.

La filosofía es una base fundamental para desarrollar pensamiento crítico, pero ¿de qué sirve si solo se potencia memorizar cómo pensaban otras personas?. La escuela debería contribuir al perfeccionamiento del razonamiento y juicio crítico en el alumno, con la meta última de formación de personas libres, autónomas y críticas. Resulta sorprendente que con frecuencia se hable de la necesidad de formar individuos críticos y que, contradictoriamente, casi no existan estudios ni propuestas educativas que aborden este aspecto con claridad y profundidad. Tener pensamiento crítico, por un lado implica la posesión de conocimientos, la posibilidad de razonar convenientemente, pero por otra parte, también requiere de la disposición a considerar los problemas de manera reflexiva. El desarrollo del pensamiento crítico no sólo implica conocimientos o habilidades cognitivas, sino también actitudes y valores: saber escuchar y debatir, el respeto y la tolerancia ante posturas diferentes a la propia, o la asertividad en la comunicación. No basta con dejar estas habilidades en el nivel de "buenas intenciones", sino hay que concretarlas en la enseñanza y abordarlas sin apartarlas del contenido de la materia.

Un pensador crítico es aquel que:
  • Está informado: busca información fidedigna, de primera mano.
  • Analiza las situaciones; es reflexivo, más que impulsivo y toma decisiones razonadas.
  • Se forma un criterio propio ante los acontecimientos, no es un simple eco de los demás.
  • Sabe escuchar y entender los diferentes puntos de vista cuando hay un conflicto o una diferencia de opinión.
  • Es escéptico: desconfía del rumor y de la información proveniente de fuentes dudosas.
  • Es crítico en el sentido positivo del término, no simplemente "criticón".

No creo que haga falta explicar lo importante que sería ser capaz de formar personas con esas capacidades en nuestra sociedad. Los buenos pensadores críticos están normalmente mejor equipados para tomar decisiones y resolver problemas comparados con aquellos que carecen de esta habilidad. Con gran frecuencia los argumentos más persuasivos son aquellos destinados a recurrir a las emociones más básicas como el miedo, placer y necesidad más que a los hechos objetivos. Por esta razón, es común encontrar en los argumentos más persuasivos de muchos políticos, telepredicadores o vendedores una intencionada falta de objetividad y razonamiento crítico. Un pensador crítico debe aprender a reconocer cuando las palabras no están encaminadas a comunicar ideas o sentimientos sino más bien a controlar lo que pensamos, sentimos, nuestra intención o elección y por tanto nuestro comportamiento.




El primer paso para llegar a ser un hábil y diestro pensador crítico es desarrollar una actitud que permita detenernos a pensar. Se trata de examinar el mayor número de ideas y puntos de vista diferentes y luego razonar cuáles son los puntos buenos y malos de cada uno de los lados. Plantearse hipótesis alternativas y entrenarnos para considerar opiniones opuestas es imprescindible.

En una sociedad donde el entretenimiento y la diversión se han convertido en fines a largo plazo, es con frecuencia difícil encontrar información sin sesgo u objetiva respecto a un tema. Por ejemplo, los medios de masa han encontrado una forma de expresión que se vende muy bien y se atreven a aventurar situaciones hipotéticas sin pruebas porque dicha situación sería de gran interés emocional para el público. Es usual ver periodistas o políticos manipulando y distorsionando según sus intereses. Un pensador crítico debería buscar fuentes de información que sean creíbles, precisas y sin sesgo.

ALFABETIZACIÓN Y CULTURA ESTADÍSTICA

Otra habilidad muy relacionada con el punto anterior sería conocer y comprender los principios fundamentales de probabilidad y estadística. Adquirir una correcta cultura estadística facilitaría la interpretación y comprensión del material gráfico e informativo que actualmente generan los medios de comunicación en periódicos, televisión e Internet. Implica tener la capacidad de evaluar críticamente todo tipo de material estadístico con el objetivo de potenciar y mejorar la comprensión de números y cifras.

Nos aterrorizan los atentados suicidas o volar en avión pero no cruzar el paso de cebra de una ciudad grande (donde porcentualmente fallecen más personas que en atentados suicidas o en vuelos comerciales). La sociedad actual está fundamentada en la toma de decisiones basada en información, los ciudadanos necesitan una solida comprensión de estadística básica para tomar decisiones correctas. Los números pueden hacernos creer una u otra cosa. Todo depende de cómo se presenten. Los promedios, las relaciones, tendencias y gráficos que uno ve no son siempre lo que parecen. Para ser inmunes a estas manipulaciones, sólo nos queda instruirnos lo máximo posible en matemáticas. Y también leer con mucha atención la información que nos ofrecen. Veamos algunos ejemplos:

  • La técnica del muestreo es la espina dorsal de la mayor parte de las estadísticas que nos encontramos. Si la muestra es lo suficientemente extensa y bien seleccionada, representará al conjunto con bastante aproximación en la mayoría de los casos. Si no es así, puede ser menos precisa que una hipótesis sensata. Para que un informe basado en una muestra tenga valor, debe utilizar una muestra representativa, donde se hayan eliminado todos los posibles factores de influencia. Aunque la mayoría sabe que un sondeo de mil personas es más fiable que un sondeo de cien personas tendemos a olvidarlo a la hora de evaluar problemas cotidianos. Por ejemplo: "creo que este tratamiento funciona porque me ha curado a mí y a cinco personas más que conozco directamente", este hecho, analizado estadísticamente, no es relevante, aunque nuestro cerebro considere que sí lo es. Que otra persona haya nacido el mismo día que nosotros en una fiesta donde sólo hay 50 personas nos puede parecer una coincidencia a tener en cuenta, pero matemáticamente está dentro de la media. Jugando con muestras pequeñas o mal seleccionadas se puede obtener cualquier resultado imaginable. No es lo mismo 5 puntos con un error medio de ±1 que 5 puntos con un error medio de ±10. Si no sabemos cómo se ha hecho un estudio estadístico no podemos valorar sus resultados. ¿Hay un sector de la población que no está representado en la muestra? ¿Hay alguna opción que no se contempla en el cuestionario? ¿Algún factor que no se ha tenido en cuenta puede haber afectado los datos?. Los tamaños de una muestra pueden ser demasiado pequeños para extraer conclusiones significativas, y las muestras pueden estar sesgadas. La formulación de una pregunta de una encuesta puede introducir un sesgo, por lo que incluso puede ser utilizada intencionadamente para producir un resultado sesgado.
  • Como destaca Darrell Huff en su libro "Como mentir con estadísticas" el tratamiento de los promedios da lugar a infinidad de confusiones y malas interpretaciones. Es un truco utilizado con mucha frecuencia, a veces de forma inocente y otras veces de forma premeditada. Cuando nos dicen que algo es un promedio, no sabemos todavía gran cosa del mismo, a menos de que pueda averiguar de qué promedio se trata: media, mediana o moda. Así por ejemplo cuando leemos que según datos del INE el salario medio de los españoles es de 19.600€ deberíamos mirar más allá de ese dato y averiguar de qué tipo de promedio estamos hablando. Si observamos con detenimiento la gráfica inferior que ilustra la distribución salarial en España vemos que exactamente la media es de 19.600€ pero ese valor se ha obtenido de sumar todos los ingresos y dividir la suma por el número de personas, no parece la mejor medida representativa en un país donde la igualdad social y salarial es muy mejorable. Si miramos más allá en cambio observamos que la moda es de 14.400€ (el salario más frecuente y que más se repite en España) y la mediana 15.700€ (representa el percentil 50, un 50% de los españoles cobra más de esa cifra, y el otro 50% cobra menos), sin duda una diferencia de peso que es importante destacar.


  • Las gráficas facilitan una ilusión de objetividad que es fácilmente explotable desde el engaño. Gráficas sin números o leyendas claras para interpretar los resultados pueden manipular la impresión de las audiencias pero no son, confiables ni válidas. Debieran ser proporcionales, correctas y completas pero a veces se publican cortadas, truncadas, parciales y no proporcionadas. Bien usadas son útiles y atractivas. Mal usadas manipulan o falsean resultados


  • Correlación no es lo mismo que causalidad. Este error es quizá uno de los más frecuentes en la vida cotidiana. Por ejemplo, si una estadística indica que los negros tienen peor rendimiento académico, ¿hemos de concluir que los negros son menos inteligentes que los blancos? La correlación es acertada, pero no lo es la causalidad: cuando los negros disponen de las mismas oportunidades que los blancos, su rendimiento académico es equiparable.

FOMENTAR LA CREATIVIDAD Y LA INNOVACIÓN

En un mundo cada vez más sofisticado y especializado, ya no necesitamos millones de obreros con idénticas aptitudes, pero nuestro sistema los sigue formando. Necesitamos individuos capaces de generar valor en sus actividades, y la creatividad junto a la capacitación son las aptitudes fundamentales necesarias para generar ideas originales que tienen valor. En un mundo en donde no sabemos qué va a pasar la creatividad nos permite adaptarnos.

Sir Ken Robinson, líder reconocido a nivel mundial en el desarrollo de la creatividad, innovación y recursos humanos preconiza un sistema educativo que enseñe a innovar. En la charla TED que enlazo más abajo expresa sus ideas sobre la creatividad del ser humano, desde la niñez, y el efecto que la educación tiene sobre ese potencial creativo, como un proceso negativo que mata la creatividad. En una entretenida exposición exhorta a crear un sistema educativo que cultive la creatividad. Sostiene que los niños son creativos y no les importa equivocarse, se atreven hasta con lo desconocido. Pero el sistema educativo les mata la creatividad, porque no se admite el error. Todo el sistema está basado en la prohibición y la corrección del error, cuando lo que debería realizarse es estimular constantemente las inquietudes y la imaginación de los alumnos. Según Robinson se aprende a ser creativo como se aprende a leer.


El pensamiento divergente es una capacidad esencial dentro de la creatividad, es la habilidad para poder pensar diferentes soluciones para un solo problema o pregunta. Según Ken Robinson en una prueba de pensamiento divergente realizada a 1500 niños de preescolar el 98% de los niños obtuvieron la calificación en donde uno es considerado un genio en pensamiento divergente. Cinco años después le realizaron la misma a los mismos niños y solo el 50% obtuvo la calificación genio.

NETWORKING, EL VALOR DE LOS CONTACTOS

El Networking es una actividad metódica y sistemática que consiste en buscar contactos con otras personas, establecer relaciones y mantenerlas a largo plazo. Todo ello con la intención abierta de ayudarse y obtener ventajas mutuamente. Un buen profesional debe aprender a valorar la importancia de las relaciones en el mundo de la empresa. El Networking debe entenderse en dos sentidos: hacer contactos y cooperar. No se trata simplemente de generar relaciones interesadas, basadas en el concepto de "¿Qué puedo obtener yo de esto?", sino que supone conversar con los demás y recopilar información acerca de todos y sobre cada persona, saber acerca de sus gustos, aficiones, temas de interés, fechas importantes en su vida, cumpleaños, aniversarios etc.; así como de las personas mas cercanas de su entorno, como puede ser la familia, y saber cómo manejar esta información.

Tener una base de contactos con gente interesante y de referencia en nuestro campo puede resultar de vital importancia en nuestro desarrollo profesional, tanto en los momentos más favorables como en los más desfavorables (por ejemplo un eventual periodo de desempleo). Como dice el refrán anglosajón: “It’s not what you know, it’s who you know”. Tal vez estas habilidades se enseñen en los programas de negocios, pero la realidad es que en la enseñanza reglada apenas se nos detalla la importancia de saber crear, nutrir, gestionar y mantener dichas relaciones personales y profesionales. En realidad apenas se hace hincapié en la importancia de nuestras relaciones y habilidades sociales. Las personas hacen negocios con aquellos que conocen, confían y gustan. Ni más ni menos, y allí es donde el networking tiene una importancia superlativa. Networking es encontrar rápidamente a quién necesitas para conseguir lo que deseas y ayudar a los otros a hacer lo mismo.



Aunque hay personas a las que por su propia personalidad les resulta natural conocer gente o mantener conversaciones interesantes con desconocidos, existen numerosos recursos que aprender para manejar esas pequeñas situaciones de stress que significa entablar relaciones con desconocidos. La práctica hace al networking y cuanto más se practica más fácil resulta ampliar nuestra red de contactos. Nuestra red de contactos nos puede avisar sobre oportunidades laborales, referirnos clientes, brindarnos información sobre otros colegas o recomendarnos un empleado. El talento solo no es suficiente, el consejo tradicional de estudiar y trabajar no alcanza, mientras estés solo tus objetivos serán mucho más difíciles de lograr. Hoy más que nunca, en el escenario económico actual, se requiere especializarse en networking. Los estudios estiman que entorno al 60% o 70% de los empleos se consiguen gracias al networking. De ahí la importancia de cuidar nuestra red de contactos profesionales y de que nos tengan presentes.

TRABAJO EN EQUIPO

La mayor parte de nuestra carrera universitaria se compone de leer, estudiar, hacer exámenes y escribir. La mayor parte de esas tareas las realizamos solos. Pocas veces formamos parte de un equipo y el sistema educativo no nos entrena de cara al trabajo en equipo. En entornos profesionales por contra esa es una de las habilidades más valoradas y requeridas. La mejor forma de aprender a trabajar en equipo es precisamente el mismo trabajo en equipo. Los especialistas coinciden en que para que un equipo funcione, sus integrantes deben tener confianza en los demás, y en que la confianza se va desarrollando en los encuentros, a través de la discusión, el intercambio de ideas y las impresiones que cada miembro del equipo se va formando de los demás. Una reunión de equipo es algo complejo, intelectual y social a la vez. Requiere que sus participantes tengan habilidades intelectuales: pensar y decidir colectivamente, y de tipo social: comunicar, escuchar activamente, apoyar y buscar consenso.

HABLAR EN PÚBLICO Y HACER PRESENTACIONES EFICACES

Pese a que podamos haber hecho un montón de presentaciones en la Universidad, los profesores raramente nos muestran cómo comunicar con éxito las ideas y cómo ser capaces de impactar en un auditorio y transmitir un mensaje de la mejor forma posible. La oratoria y a la capacidad de saber expresarse de forma eficiente ante los demás es igual o más de importante que saber hacerlo de forma escrita. ¿Cuántas Veces hemos hablado en público en el colegio o en la universidad?, ¿cuántas veces hemos debatido un tema? muchas menos veces de las necesarias. Saber dominar el tono de voz, los contenidos, el tempo de la conversación, controlar los nervios, saber incluir pausas, en definitiva, tener habilidad para expresarse y comunicar un mensaje son habilidades con las que generalmente no nacemos pero que se pueden dominar sí las practicamos y potenciamos ganando con la repetición el plus necesario de autoconfianza. Muchas veces esas exposiciones orales van acompañadas de presentaciones, hay que saber que los diseños simples y eficaces son los preferidos, la mayoría de las presentaciones deben consistir en algunos gráficos esquemáticos que reflejen ideas, datos importantes o tendencias, no debe ser un esquema completo.

POTENCIAR LA EXPRESIÓN ESCRITA

Tras una fase de aprendizaje básico sobre leer y escribir, poco o nada se avanza en ese sentido, no se potencia la capacidad de expresión escrita. Creo que casi todos nos hemos encontrado con verdaderas aberraciones, en cuanto a estilo, gramática y contenido de gente con titulación universitaria. Esa carencia se hará más patente con la presencia de Internet, un medio que se basa en lectura y escritura, y si nuestros hijos no dominan la escritura, estarán condenados a ser meros consumidores pasivos del valor que cree otro. Para generar contenido de calidad en la red o ser influyentes es necesario saber expresarse y escribir de forma eficiente. Lo que hoy escribirmos habla de nosotros y previsiblemente perdurará en el tiempo dejando una impresión permanente ya que pocas cosas se destruyen en el mundo digital actual. Tenemos más oportunidades de escribir que nunca (emails, blogs, redes sociales...), pero se requieren habilidades que también hay que desarrollar.

CULTURA FINANCIERA Y SOCIOECONÓMICA

Falta una asignatura de economía obligatoria donde se expliquen las diferencias entre hipotecas a tipo variable y a tipo fijo (pros y contras), los problemas de trabajar sin estar dado de alta, cómo funciona un sindicato, cómo funcionan las empresas etc. Cómo enfrentarnos a todas las junglas burocráticas, cómo gestionar nuestra economía, cómo tratar con los bancos o pagar nuestros impuestos, cómo hacer la declaración de la renta... Formas óptimas de gestión del dinero, cómo gestionar y valorar hipotecas, nociones básicas en inversiones financieras.

En España durante la época de bonanza económica fueron muchos quienes asumieron préstamos y pagos a plazos sin la mayor reflexión. Con una mínima cultura financiera nos habríamos ahorrado una parte de la burbuja inmobiliaria y del sobreendeudamiento, porque habrían sido más prudentes, no se habrían endeudado por encima del 30% de sus ingresos ni habrían asumido créditos por el 100% del valor de un piso porque sabrían que ningún activo se revaloriza indefinidamente. No se está hablando de que todo el mundo sea economista ni experto en inversiones. Se trata de que uno pueda elaborar un presupuesto para planificar sus gastos y su ahorro, organizarse un fondo de reserva para imprevistos, conocer diferentes productos de inversión y sus niveles de riesgo, detectar irregularidades en un extracto bancario, entender que acudir al crédito es más caro que ahorrar, comprender los impuestos y saber los derechos que se tienen como consumidor o dónde reclamar.



El analfabetismo financiero no entiende de orígenes ni clases sociales, porque la incapacidad para entender los extractos bancarios, la letra pequeña de una hipoteca o para saber gestionar el IVA afecta tanto a licenciados como a transportistas. La OCDE asegura que todos estos conocimientos son ahora más necesarios que nunca porque las personas cada vez han de gestionar más riesgos asociados a la longevidad, a los mercados financieros o al crédito, y porque con los recortes presupuestarios de los Estados aumenta la responsabilidad individual a la hora de ahorrar para la jubilación, para los cuidados médicos o para la educación de los hijos. Además, cada día hay mayor variedad de productos y servicios financieros, muchos de ellos muy sofisticados, y los ahorradores necesitan ser conscientes de en qué consisten y qué riesgos conllevan.

Por otra parte se echa mucho en falta mayores conocimientos en cultura y geografía internacional. No sólo se trata de aprender idiomas, eso debemos darlo por asumido, tampoco de saber cuál es la capital de un país, debemos aspirar a mucho más. Debemos aspirar a conocer la cultura, las formas de vida e historias de otros pueblos y regiones del planeta. De conocer su política, su religión, de saber por qué el mundo en el que van a vivir ha llegado a ser cómo es. Vivimos en una era global en la que no podemos ser ajenos a lo que sucede fuera de nuestras fronteras. En el futuro tendremos que interactuar con una sociedad multiétnica, en la que conocer el idioma del otro será sólo el primer paso.




La importancia de las nuevas tecnologías como métodos de aprendizaje

Tras enumerar las habilidades más importantes que creo que no desarrollamos en el colegio, antes de cerrar el post querría comentar algunos aspectos acerca del uso de las nuevas tecnologías en el ámbito educativo. Una de las virtudes de la tecnología moderna es el acceso a la información y el conocimiento de manera sencilla, de hecho es increíble la cantidad de material con alta calidad que podemos encontrar gratuitamente en Internet, información a la que cualquier persona puede acceder.



Ningún profesor de Lengua y Literatura consideraría innecesario enseñar a un alumno a manejar un diccionario de papel. Más bien todo lo contrario. Se considera fundamental. ¿Pero por qué no dedicar tiempo a enseñar a manejar la versión online del Diccionario de la Real Academia de la Lengua? Estrategias de búsqueda de información como las que incorporan las webquests pueden ser soluciones muy atractivas para mejorar las técnicas de búsqueda y selección de información general y específica.


Las nuevas tecnologías ofrecen interactividad. Mientras que modelos anteriores, resultaban excesivamente pasivos, el uso de la tecnología invita a la participación y a meterse de lleno en primera persona en el proceso educativo. Por eso se hace importante tratar de integrar prácticas como el uso de redes temáticas, juegos, foros y chats colaborativos para profesores y alumnos, cuestionarios de respuesta múltiple y lanzarlos a un grupo determinado de alumnos. Y no como algo excepcional, sino como un recurso habitual de enseñanza y aprendizaje. Las TIC también ayudan en la creatividad y proporcionan un medio ideal para el desarrollo de la inventiva (blogs temáticos, creación multimedia, gráfica, vídeos, etc) y para trabajo colaborativo, para el cual existen recursos tecnológicos como foros, wikis, comunidades virtuales o entornos virtuales de aprendizaje.


Cada vez es más frecuente encontrar recursos educativos de calidad óptima en internet, desde fantásticos documentales online de cualquier materia hasta páginas que apoyándose en el uso del vídeo nos dan acceso a cientos de explicaciones y ejercicios de temas tan variados como álgebra, aritmética, economía, biología, calculo, astronomía, química o finanzas. Es el caso por ejemplo de la Khan Academy, un gran servicio online tanto para profesores como para alumnos.

Y es que la tecnología ya está presente todo lo que hacemos y quizás esté cercano el día en que no sea extraño que un alumno aprenda la tabla periódica de esta forma...


La humanidad ha entrado a la era de la información y el conocimiento, y la educación no puede quedar al excluida de esta realidad, los alumnos ya viven con la tecnología integrada en su día a día, y actualmente ya es absurdo que en la enseñanza reglada no se apliquen métodos de aprendizaje que integren de forma habitual el uso de las nuevas tecnologías. Los educadores del nuevo milenio necesitan interpretar la realidad educativa en términos de información utilizando todas las ventajas que ofrece Internet.

Fuentes: Elaboración propia, wikipedia, ideasenmarcha, papelenblanco, pjorge, wired, educaweb, uncafelitoalasonce, lavanguardia


sábado, 5 de marzo de 2011

El modelo escandinavo de bienestar


¿Puede un sistema capitalista hacer gala de un sistema de prestaciones sociales generoso? ¿Puede una sociedad rica aplicar el principio de igualdad? ¿Puede prosperar el colectivismo donde rige el individualismo? Pues sí. Un buen ejemplo de ello se encuentra en los países nórdicos, donde han encontrado la manera de que se cumpla todo lo anterior.

¿Qué hacen los países nórdicos para ir (casi) siempre por delante? Parece que van siempre al frente del desarrollo, pero ¿cómo lo hacen? Estos modelos no son sólo los más avanzados socialmente en la actualidad, sino que lo han sido en la historia reciente de la economía mundial. Se trata de países ricos y eficientes, con altos grados de igualdad en renta, riqueza, derechos y oportunidades, con bajo nivel de paro, alto nivel de instrucción y educación, y con casi inexistentes indices de corrupción, criminalidad y marginalidad.


El modelo escandinavo de bienestar es un término utilizado para describir la forma que Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia e Islandia han escogido para financiar y organizar sus sistemas de seguridad social, servicios de salud y educación.

Existen muchas razones, pero básicamente estas naciones y sus 25 millones de habitantes ocupan los primeros puestos en materia de innovación y competitividad y esto es consecuencia de un fuerte desarrollo institucional con gobiernos transparentes, bajísima corrupción, fuerte inversión en investigación y altos impuestos que se devuelven a toda la población con educación, protección a la familia, salud gratuita de alta calidad y subsidios a la vivienda para los ciudadanos de menores ingresos.

Diez investigadores nórdicos han analizado la cuestión en un estudio reciente, financiado por el Consejo de Investigación de Noruega. En él, se aclara cómo un sistema capitalista puede mantener un sistema de prestaciones sociales generoso, cómo una sociedad rica puede aplicar el principio de igualdad, y cómo puede prosperar el colectivismo donde rige el individualismo.



Los investigadores analizaron la riqueza y la igualdad características de los países nórdicos (Dinamarca, Finlandia, Noruega, Suecia e Islandia). Constataron así que el modelo social de estos países incluye aspectos que pueden parecer paradójicos: por una parte, están entre los primeros del mundo en niveles de riqueza, pero también lo están en los niveles de igualdad social.

¿Qué caracteriza al modelo social nórdico? «En un país como Noruega», explica Carlos Joly, profesor visitante de la ESC (Escuela Superior de Comercio) de Toulouse (Francia) y antiguo director de una gran empresa financiera noruega, «hay un sentir general de que la sociedad debe basarse en un reparto equitativo. Este es el modo en el que Noruega y otros países nórdicos resolvieron el conflicto sustantivo que surgió entre capital y mano de obra al principio del siglo pasado. Hoy en día esta equidad está edificada sobre fundamentos tales como los convenios colectivos para los trabajadores y las instituciones estatales de arbitraje.»

Per Ingvar Olsen, profesor asociado de la Escuela de Gestión de Noruega BI, en Oslo, corrobora la importante función de la negociación colectiva, para lo cual alude en concreto a la baja tasa nacional de desempleo. «Si hay más población empleada», indicó, «el gobierno recibe más ingresos fiscales. Las clases medias están sujetas a elevados tipos impositivos, por lo que adquieren interés en el estado. De este modo se sienta la base de un nivel elevado de bienestar.». Llama la atención que el grupo de países Escandinavos han sorteado la crisis sin afectar los altos estándares en calidad de vida de sus ciudadanos.

Los países nórdicos mantienen un equilibrio entre el colectivismo generalizado y un alto grado de libertad individual. De este modo, en países como Noruega o Suecia, los ciudadanos confian en que sus Estados les ayudarán cuando lo necesiten y se sienten seguros en sus trabajos, algo que no sucede en otros países. La política desempeña un papel fundamental en este ‘bienestar escandinavo’. Se ha instaurado una confianza entre el pueblo y los dirigentes del país. Esta confianza se refleja en la total transparencia de los gastos públicos de los ministros y las autoridades locales. Cuando estallan escándalos políticos, los responsables dimiten inmediatamente. Este fue el caso en el ‘asunto Toblerone‘ en Suecia, cuando una ministra tuvo la mala idea de comprar chocolate Toblerone con una tarjeta de crédito del gobierno.


Escandinavia es también la región mundial en la que se observa menor "distancia al poder", esto es, el grado en el que miembros 'menos poderosos' de una sociedad esperan la existencia de diferencias en los niveles de poder. En ningún otro lugar del planeta hay menor distancia entre “jefe” y subordinado.

Los escandinavos han logrado poner en marcha un círculo virtuoso: el trabajo produce riqueza; la riqueza se invierte en formación y da trabajo. El economista Pierre Reman de la Universidad Católica de Lovaina señala como posibles causas el elevado índice de sindicalización, la política salarial —definida por la concertación entre patronales y sindicatos— y, sobre todo, el estado del bienestar activo, en el que el parado se moviliza cada vez que es necesario. La clave es la adaptación.

Un aspecto señalado por los investigadores como clave para el funcionamiento del modelo nórdico es la cultura y su engranaje social. Según ellos, el éxito del modelo nórdico no puede ser explicado únicamente en términos de política económica, fórmulas institucionales o buena fortuna. Este modelo tiene unas raíces culturales muy profundas.

Además del firme compromiso con la igualdad, los investigadores hacen hincapié en el fuerte sentido de la solidaridad, el cual se ve reforzado (y no mermado) por una acusada tendencia hacia el individualismo. «En los países nórdicos», apunta Lars Trägårdh, profesor de la Escuela Universitaria Ersta Sköndal de Estocolmo (Suecia), «casi todo el mundo tiene la posibilidad de independizarse de sus familiares y de su entorno social. Nos hemos convertido en unos individualistas. Esto ha ejercido una influencia muy grande, entre otras cosas para la emancipación de la mujer. Gracias a la existencia de estructuras patriarcales débiles y a una dependencia escasa de los demás, en los países nórdicos hay una proporción grande de personas que siente que maneja las riendas de su vida.»

Para los nórdicos la vida personal es lo primero, apoyan a su «estado del bienestar» masivamente y tienen claro que las instituciones tienen que tener como criterio el
deber de ser accesibles a todos. Las instituciones públicas deben cumplir este criterio, y al mismo tiempo deben funcionar en interés de todos, deben funcionar por criterios de no-rentabilidad y deben estar aseguradas por el Estado. La igualdad de oportunidades y la accesibilidad son dos aspectos que valoran mucho. Estos valores son el centro de su sociedad.

Existen numerosas ayudas oficiales para las familias con hijos, y son especialmente importantes las ayudas a las mujeres. Dichas ayudas sociales aseguran que los hijos nunca sufran dificultades económicas que no aseguren una igualdad de oportunidades entre todos los niños y niñas. Las ayudas a la infancia y a la familia permiten, según la UNICEF que sólo el 2% de los niños escandinavos vivan en situación de pobreza. Esta situación permite tener una gran seguridad económica en beneficio de los hijos e hijas y permite una gran estabilidad especialmente a las madres, ya que les permite tener tiempo para dedicarse a ellos.


El informe sobre maternidad “Estado Mundial de las Madres” de Save the Children sitúa a Noruega en la cabeza como mejor país para ser padres. Le siguen Australia, Islandia, Suecia, Dinamarca, Nueva Zelanda y Finlandia. El sistema de permisos de maternidad y paternidad ha contribuido a que Noruega se sitúe a la vanguardia europea en los índices de natalidad y participación femenina en la actividad económica. Si uno prueba hacer la pregunta al azar en cualquier parque, cafetería u hospital a una madre primeriza, la respuesta sonará en Noruega casi como un eco: "Es muy fácil". Lo confirma la directora general de Igualdad, Arnie Hole: "La igualdad tiene un componente moral, pero el principal motivo es económico. Una economía moderna y competitiva necesita las mejores cabezas y manos sin mirar de qué raza o sexo son. No podemos permitirnos el lujo de perder los mejores talentos. Los niños deben nacer porque son una inversión de futuro. Ninguna mujer en Noruega debe ser forzada a elegir entre su familia y su carrera. Ese es aquí un valor básico. Hemos conseguido que el 80% de las mujeres trabajen y, al mismo tiempo, que el 82% tengan hijos menores de 10 años. Ese es nuestro futuro". Una noruega puede elegir tomarse 46 semanas de baja con el ciento por ciento del sueldo o 56 con el 80%; el hombre puede disfrutar de otras diez con el salario íntegro (en España se conceden 16 semanas a la madre y 15 días al padre, ambos con sueldo). La lactancia es una obsesión noruega. Algo que las madres han de hacer. 

Maternidad e igualdad se funden y retroalimentan. Y cuentan con un estudio para casi todo; analizan sus carencias, corroboran sus hipótesis. Para que nada les coja fuera de juego. "Es muy difícil establecer qué políticas tienen qué consecuencias", explica la demógrafa Marit Rønsen, del Instituto de Estadística. "Pero, en general, se admite que las medidas que fomentan la incorporación de la mujer al trabajo, el permiso para el padre y la igualdad de género, facilitan la maternidad". Y menciona los resultados de uno de esos estudios: en familias en las que el padre disfrutó del permiso con el primogénito, la probabilidad de tener un segundo hijo fue mayor. En 2009, tres de cada cinco padres (varones) tomaron seis o más semanas de baja. Ese año nacieron 61.000 niños, la cifra más alta desde 1972.

En Noruega las mujeres suponen casi la mitad de los trabajadores (47%), tienen menos paro y hay más universitarias que universitarios desde 1993. En general, los empresarios aceptan que los padres deben salir a su hora, explica Anne Lise Ellingsaeter, socióloga de la Universidad de Oslo. La semana estándar es de 37,5 horas. Las vacaciones, cinco semanas al año. Tienen 20 días de baja sin justificar por enfermedad de los hijos y su ratio de productividad pulveriza las estadísticas. "No tener largas horas de comida es fundamental", dice. "Si la ambición es que ambos padres compartan trabajo y tareas de casa, es necesaria la regulación de la jornada laboral".

En los países escandinavos los jóvenes se incorporan al mercado laboral a edades más tempranas que en el resto de países de Europa, y además suelen estudiar en la universidad cada vez más tarde. Una vez adquieren poder adquisitivo, los escandinavos tienen dos opciones: o bien deciden seguir trabajando, ya que el sueldo que perciben mensualmente es más que suficiente para vivir cómodamente, o bien deciden continuar sus estudios y formarse en universidades para acceder a puestos de trabajo mejor remunerados, que les otorguen un mayor status.

Cultura y educación como pilares

Si nos centramos en el ámbito educativo tendremos que únicamente los países asiáticos parecen hacerle sombra a los países escandinavos (con Finlandia y su conocido éxito educativo como ejemplo más visible), aunque con un matiz importante, lo que desde el norte de Europa se logra desde el equilibrio, en Asia se está logrando a base de estresar y sobrecargar a los más jóvenes (doce horas en promedio de clases, estudio y deberes) con cargas de trabajo quizás mayores de las que deberían estar sujetos.

El modelo educativo nórdico y más en concreto el finlandés es por tanto y actualmente un ejemplo de obligado estudio para cualquier país que pretenda tener un sistema educativo fuerte. Con anterioridad ya hemos dedicado en este blog una entrada para explicar los motivos que pueden explicar el éxito educativo finlandés y en qué se sustenta. Recomendamos su lectura para todo aquel interesado en ampliar información sobre el tema (Finlandia, así es el mejor sistema educativo del mundo).

Sistemáticamente Finlandia se ha situado en los primeros puestos del ranking por excelencia de la educación, el informe PISA que elabora la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). El sistema educativo finlandés es público y gratuito desde que un niño nace hasta que hace el doctorado en la universidad. La enseñanza obligatoria es gratuita en todos sus conceptos (incluso en centros privados), desde el material hasta los gastos de comedor, e incluso el colegio ha de garantizar el transporte en el caso de que los niños deban desplazarse al centro desde una distancia superior a los 5 km. También los estudios universitarios son gratuitos, incluidos aquellos destinados a los adultos que, contando con un trabajo, quieren reciclarse o simplemente mejorar su formación. Aprender no es un problema de dinero. Un dato sorprendente es que el número total de horas de instrucción entre los 7 y los 14 años de Finlandia es el más bajo de todos los países de la OCDE. Proporcionalmente, en Finlandia se hacen menos horas que en el Estado español



Aun cuando sigan las clases junto con los demás, los chicos que van más atrasados tienen un tutor personal y clases de apoyo según los diferentes niveles de necesidad. En las clases finlandesas, hay una generalizada ausencia de competitividad. Los alumnos practican la solidaridad con sus compañeros más retrasados en los estudios con absoluta normalidad y los profesores se aseguran de que ningún alumno se quede atrás. Apenas existen repetidores.

Sin duda, el aspecto más relevante es la gran valoración que recibe la figura del profesor, el prestigio que posee en la sociedad finlandesa hace que dicha profesión sea una de las más solicitadas por los estudiantes. Son admitidos en las facultades menos del 10% de los aspirantes. El profesor es la piedra angular del éxito finlandés en materia educativa. La buena formación técnica y humana de los profesores garantiza unos excelentes resultados. Para dar clases se les exige una titulación universitaria de carácter superior. Ser maestro de Primaria requiere 6 años de carrera universitaria. Además, el hecho diferencial básico con respecto a otros países es que un profesor finlandés debe tener una formación dirigida, no sólo a poseer unos perfectos conocimientos de la materia que imparten, sino también a ser unos expertos en Pedagogía. De hecho, en Finlandia los profesores son considerados como los profesionales más importantes de la sociedad.

Tres de cada cuatro niños finlandeses de 15 años afirman leer todos los días por el mero placer de hacerlo. Y es que cuando las cosas se hacen bien desde la base tienen su proyección en la edad adulta, por eso Finlandia presume del mayor índice de lectura de libros y prensa de Europa, y no sólo Finlandia; Suecia, Dinamarca y Noruega son junto a Holanda los cinco países con mayor número de lectores habituales de toda Europa y de igual forma son los países con mayor tasa de universitarios del viejo continente. No podemos olvidar que la competencia lectora es una de las competencias básicas en el aprendizaje educativo, y se relaciona esta variable con el éxito escolar y económico futuro. En la sociedad del conocimiento es imprescindible aprender a lo largo de toda la vida, por lo que se requiere un dominio eficaz de la lectura.


Por otra parte sería imposible desligar la implicación de los padres y la familia en el éxito educativo, en los hogares finlandeses, los hijos e hijas observan como sus padres son ávidos lectores de periódicos y libros y frecuentemente van con ellos a las accesibles bibliotecas en sus horarios libres. Las familias finlandesas tienen unas actitudes hacia el subsistema escolar y el aprendizaje que condicionan su funcionamiento. Los padres finlandeses creen que la familia es más responsable que la escuela de la educación de los hijos. La disciplina es alta, hay deberes para hacer en casa y se potencia el esfuerzo. En Finlandia se da un reconocimiento de la excelencia y de los buenos resultados de los alumnos.

El verdadero sueño americano es en realidad escandinavo

Cuando en 1931 James Truslow Adams habló por primera vez del sueño americano (american dream) y de sus promesas de prosperidad para todos los miembros de la sociedad, seguramente no tenía ni idea de que en realidad no estaba describiendo el futuro de su propio país sino el de la lejana Escandinavia, región que como hemos visto hoy goza de los mayores niveles de bienestar e igualdad social del mundo (de hecho hasta la fecha ninguna sociedad ha sido capaz de generar tanta calidad de vida para todos sus ciudadanos).

Han tenido que sucederse muchos decenios y numerosas guerras y revoluciones para que los americanos se dieran cuenta de que su ideal de distribución de la riqueza no coincide en absoluto con el que verdaderamente tienen. El modelo anglo-sajón ha demostrado ser eficiente pero no equitativo. Actualmente, Estados Unidos tiene el 84% de su riqueza en manos de un reducido y privilegiado 20% de habitantes. En el otro lado de la balanza se encuentra el 60% de la población, que concentra únicamente el 5% de la riqueza nacional.

En Suecia, en cambio, el 60% de los ciudadanos con menores ingresos per cápita posee el 47% de la riqueza del país, por lo que no es extraño que la mayor parte de los estadounidenses aplauda ahora el modelo escandinavo. Recientente el New York Times ha publicado una tabla comparativa con datos económicos y sociales (Desigualdad de ingresos, Tasa de desempleo, Nivel democrático, Bienestar general, Esperanza de vida al nacer, Población penitenciaria, Rendimiento académico) en los que compara a EEUU con el resto de países industrializados y en los que no sale muy bien parado, dejando de manifiesto que pese a la prosperidad del país norteamericano, su modelo social dista mucho de ser óptimo.




Como hemos visto Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca e Islandia son países que se caracterizan por el civismo, un elevado nivel de protección social, un gran número de empleos públicos, distribución equitativa de la renta, una alta conciencia ecológica y una transparencia de los gastos públicos de los ministros y de las autoridades locales.

La pregunta que surge de todos estos aspectos es la siguiente: ¿se sustenta el modelo nórdico en valores culturales profundos y característicos de estos países, que no podrían ser exportados a otras partes del mundo? ¿O este modelo podría ser adoptado por otras naciones para su propio beneficio?

Se tiende a creer que hay un tipo de valores éticos protestantes subyacentes al modelo nórdico, en realidad, dicho modelo se sustenta en la idea de que la sociedad debe estar basada en una distribución equitativa. Según Felix Roth, investigador del CEPS, un comité de expertos con sede en Bruselas, trasplantar el modelo escandinavo a las políticas sociales de los Estados miembros es, lisa y llanamente, imposible. En su opinión, esto es debido a que “el sistema escandinavo tiene un gasto social enorme, algo que muchos países asocian a un menor rendimiento económico”. Para estos países, el dinero que se invierte en el ámbito social privaría al sector educativo de los medios necesarios para formar trabajadores cualificados, el tipo de trabajador que no engrosa las listas del paro. La “flexiseguridad”, que suele relacionarse con Dinamarca, tiene un precio: la elevada carga fiscal. Los márgenes presupuestarios son ajustados, instaurar un modelo con estas características en otras regiones parece muy complicado y en muchos casos inviable...

En los países escandinavos, el estado está envuelto en la organización y financiamiento del bienestar social disponible para los ciudadanos en mayor medida que otros países europeos. Por esta razón el modelo de bienestar es acompañado por un sistema de impuestos que tiene tanto una amplia base tributaria como un sistema de impuestos progresivo dirigido por una redistribución de los ingresos desde los miembros de la sociedad más ricos hasta los más pobres.



Y es que como hemos podido observar el modelo social y económico escandinavo se ha convertido en un ejemplo para todos los países del planeta, y aunque sea complejo de imitar sería realmente importante que tratasen de mirarse en su espejo ya que ha demostrado ser el mejor sistema capitalista conocido, y con sus carencias es capaz de funcionar y generar riqueza y calidad de vida... para todos.